martes, 16 de febrero de 2016

Duelo... Sentimientos ¿Y ahora que hago?

Este tema del duelo suele ser muy difícil para muchos. En este momento estamos viviendo una crisis mundial donde la perdida de seres queridos, cercanos o inclusive de aquellos que no conocimos tocan nuestras mas íntimas fibras, siendo esto un asunto muy difícil de resolver a nivel emocional, por lo que se suele pasar como algo irremediable, con dolor profundo y resignación, sin ser realmente asimilado de manera sana, causando a lo largo del tiempo y las acumulaciones de varios y distintos duelos estragos importantes en nuestro desempeño diario.
Un gran amigo, hermano de otras vidas y de esta me ha dicho repetidas veces que mi tema de conferencia es el duelo. Realmente es mi tema de vida. Anoche en ese estado de ensoñación donde los guías hacen contacto, me hicieron ver que era momento de compartir parte de mi vida con ustedes de una manera concreta. 
 Mi contacto con la muerte, el duelo, las pérdidas comenzó desde mucho antes de yo tener consciencia de ello, seguramente como muchos de ustedes que me leen. Recuerdo a la edad de 5 años percibir la muerte de mi abuela materna y con certeza supe que no la vería mas, convirtiéndose desde entonces en mi mas preciado ángel guardián. Vivir una de las mas dolorosas e inexplicables experiencias a nivel humano, cómo la muerte inducida de mis dos primas hermanas cuando a penas comenzaban a vivir. Sentir y ver una a una como las almas se van separando del cuerpo físico sin vida y acompañarlos en su proceso de paso por el umbral. 
Hace 18 años tras sufrir un accidente cerebro cardio vascular llegue a ese lugar que muchos llaman cielo, pase por lo que se ha descrito en muchas ocasiones como un túnel de luz, donde me reuní con muchas personas que previamente habían fallecido; entre ellos amigos, familiares y algunos desconocidos para mis recuerdos conscientes. Me separaba una especie de vidrio, totalmente traslucido de ese plano, al cual yo pedía pasar y quedarme pero mi hermosisima abuela insistía en que yo entendiera que debía regresar porque no era mi momento de estar ahí. De esa manera regresé a tratar de ser la mejor madre y sobre todo la guía que mi recién nacido hijo. Tratando de comprender todo aquello que se quedó alojado en mi subconsciente como aprendizajes y enseñanzas que han ido saliendo a lo largo de todo este tiempo cada vez que las he necesitado.
 Las pérdidas continuaron sucediendo, a todo nivel, ya que el duelo no sólo se refiere a la partida física de los seres que amamos, si no de la persona que antes fuimos y no volveremos a ser, de los cambios de trabajo, de vivienda, de país, ciudad, amigos, el despedirse de esos seres maravilloso que hacen nuestros días mas alegres y llenos de amor... las mascotas. 
Se ha escrito mucho con respecto al duelo  y la creación de pasos a seguir para superar estos. Me parece muy importante rescatar el hecho de que este evento es un proceso que vivimos como parte de la existencia y que el primer paso o a lo que primero nos enfrentamos es a la negación de lo sucedido, aceptar que ya nada será como era, que existe un vacío y la esperanza firme de que todo es un sueño y que en algún momento despertaremos. Luego pasamos a una etapa de frustración, ira; donde renegamos, estamos enfadados con la vida y con las personas o situaciones involucradas en el suceso por el cual estamos viviendo el duelo. Es importante tomar en cuenta que esto es totalmente normal, válido y humano. Sentirse mal o culpable por tener rabia en este momento  solo empeora la situación, nos llena de frustración e impotencia, reprocharnos por ello es auto agredirnos, la ira que no podemos expresar por prejuicios y por temor a ser juzgados la vertimos sobre nosotros causándonos muchos daños, incluso provocando la enfermedad como resultado de esto o inclusive puede ser una manera inconsciente de no sentirnos tan culpables.
Pasamos a una etapa que llaman de negociación en la cual nos damos cuenta que no podemos ni queremos seguir en este estado, que no es bueno para nosotros y comenzamos un dialogo interno en el cual, el proceso de no aceptación, ira y dolor siguen presente pero entendemos que la supervivencia es necesaria. Nos planteamos nuevas formas de adaptarnos a la nueva realidad haciendo los ajustes internos y externos necesarios para ello, de modo de poder seguir adelante. En este momento comenzamos a replantearnos un nuevo futuro sin aquello que perdimos, iniciando poco a poco a tener aceptación de lo sucedido y de como esto ha afectado nuestra existencia.
 De acuerdo a los diferente autores estas etapas pueden varias sin embargo a groso modo es este el proceso por el que se pasa, pudiendo siempre volver a la negación y a la ira, no es un camino lineal, tiene sus altos y sus bajos, en momentos se revive el duelo como el primer día, en ocasiones parece superado y el dolor va tomando diferentes matices. 
En particular saber que la vida en realidad no se acaba, si no que se transforma en otro tipo de manifestación para continuar con su camino y aprendizaje individual me ha ayudado mucho. Que somos seres con propósitos individuales y colectivos en el cual  cada uno juega papeles importantes, determinantes y únicos. Nos reconocemos y vivimos lo que hemos acordado vivir juntos para llevar a cabo nuestros acuerdos de vidas; por lo que todo tiene su tiempo y para cada uno lo mas importante debe ser el tiempo presente, porque es el que realmente estamos viviendo.
Absolutamente necesario es que te des tu tiempo. Tu proceso es solo tuyo, nadie lo va a sentir como tu. Llorar supone un gran alivio al alma. Alimentarte bien es importante puesto que las defensas tienden a bajarse por la depresión del sistema inmunológico. Tomar tes o infusiones de manzanilla, tilo o cualquier planta relajante y sobre todo que te agrede su sabor para que lo disfrutes y te conectes con el aquí, el ahora, a la tierra, a las ganas de vivir.


 Bendiciones infinitas
Alexa Princz

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